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El tabaco se relaciona con la aparición de patologías orales y cardiovasculares

El consumo de tabaco y el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, como los accidentes cerebrovasculares, son dos factores que están estrechamente vinculados. De hecho, estas patologías suponen una de las principales causas de muerte en el mundo. Por esta razón, y en línea con
la campaña de la Organización Mundial de la Salud (OMS)

“El tabaco rompe corazones”

por el Día Mundial Sin Tabaco, el Colegio de Odontólogos y Estomatólogos de la I Región (COEM) recuerda la importancia de la salud bucodental en la prevención y control de estas enfermedades.

Este hábito nocivo provoca que la mucosa que protege nuestros dientes —las
encías— pueda quedar desprotegida ante determinados patógenos. Esto aumenta el riesgo de sufrir patologías orales, como la gingivitis o la periodontitis, que elevan entre un 25 y un 50% las posibilidades de padecer un trastorno cardiovascular.

“La población cada vez está más concienciada de los riesgos del tabaco sobre la salud general y bucodental, aunque el porcentaje de fumadores en nuestro país sigue siendo alto. Por esta razón, como profesionales sanitarios, tenemos el deber de hacer hincapié en la difusión de estos mensajes, tanto a nuestros pacientes, como a toda la población”,

afirma el Dr. Antonio Montero, presidente del COEM.

 

El tabaquismo en datos

En España, el 29% de los adultos mayores de 14 años fuman, siendo mayor el consumo en los hombres con respecto a las mujeres, aunque cada año se van igualando más estos datos.

El porcentaje de fumadores varía según la edad, observándose que la menor proporción se encuentra en los mayores de 65 años, mientras que los jóvenes de 25 a 34 años son los que más fuman.

Según datos de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC), el número de muertes anuales atribuibles al consumo de tabaco se sitúa  en 52.000 personas en nuestro país. Aunque la mayoría de ellas se produce en hombres, en las mujeres está causando un incremento anual del 7%.

 

Razones y beneficios para dejar de fumar

El cese de hábitos nocivos como el tabaco supone un incremento en la calidad de vida de las personas:

  • mejora del aparato respiratorio,
  • reduce las posibilidades de padecer de enfermedades del corazón o cáncer,
  • incrementa el rendimiento físico y deportivo,
  • evita las manchas en los dientes,
  • consigue unas encías más sanas,
  • mejora el aliento y el sabor de las comidas
  • y disminuye los problemas durante el
    embarazo.

Por este motivo, dejar de fumar también puede producir síntomas que afectan al ritmo de vida de las personas como insomnio, una mayor irritabilidad, cansancio y apatía, dificultad para concentrarse, aumento del apetito, estreñimiento o dolor de cabeza. En estos casos, el COEM recomienda:

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Diario ABC «El tabaco promueve la formación de placa dental»

El consumo de tabaco es uno de los hábitos más dañinos para la salud. Una realidad, que no una mera hipótesis, constatada por infinidad de estudios. Y como cabía esperar, la salud bucodental, o más exactamente su deterioro, no podía escapar a los efectos del tabaco. De hecho, un nuevo estudio llevado a cabo por investigadores de la Facultad de Odontología de la Universidad de Louisville (EE.UU.) confirma lo que hace ya mucho tiempo que se venía sospechando: que el tabaco se asocia con la formación de biofilms bacterianos en múltiples partes del cuerpo, incluidas las piezas dentales. O dicho de otro modo, que fumar promueve la formación de la placa dental.

Como explica David A. Scott, director de esta investigación publicada en la revista «Tobacco Induced Diseases», «una vez un patógeno se establece en el biofilm, su erradicación puede resultar muy difícil. Y es que los biofilms ofrecen una barrera física frente a la respuesta inmune del huésped, pueden ser completamente impermeables a los antibióticos y pueden actuar como un reservorio para infecciones persistentes».

Es más; como alerta David Scott, «los biofilms también facilitan el intercambio de material genético entre la comunidad bacteriana que lo conforma, lo que puede dar lugar a la aparición de una resistencia a los antibióticos y a la propagación de otros factores que promueven la infección».

La unión hace la fuerza

Pero, exactamente, ¿qué es un biofilm o una biopelícula bacteriana? Pues, simple y llanamente, un ecosistema en el que habitan un o varias especies de bacterias adheridas a una superficie –en este caso concreto, a las piezas dentales–. Además, los biofilms se caracterizan por la excreción de una matriz extracelular adhesiva que protege a sus ‘habitantes’. Y es que también en el mundo bacteriano la unión hace la fuerza.

El objetivo del nuevo estudio o ‘metanálisis’ fue analizar los resultados de múltiples investigaciones ya realizadas para evaluar si fumar altera la superficie de las bacterias y promueve la formación de biofilms bacterianos.

Una vez un patógeno se establece en el biofilm, su erradicación puede resultar muy difícil
David Scott

Los resultados de la nueva revisión constataron que, efectivamente, el tabaco favorece la placa dental. Sin embargo, esta asociación entre el consumo de cigarrillos y los biofilms no acaba ahí, sino que se extiende a lo largo de todo el organismo –incluida la formación de biofilms en localizaciones tan peligrosas como son las válvulas del corazón.

Como refieren los autores, «el tabaco alteran la superficie bacteriana y promueve la formación de biofilms en algunos de los patógenos más importantes para el ser humano, entres los mismos ‘Staphylococcus aureus’, ‘Streptococcus mutans’, ‘Klebsiella pneumonia’, ‘Porphyromonas gingivalis’ y ‘Pseudomonas aeruginosa’».

Hay que dejar de fumar

Entonces queda claro: fumar ayuda a las bacterias, cuando menos a las nocivas, a sobrevivir en nuestro organismo y a que merme nuestra salud. ¿Y qué podemos hacer para combatir estos biofilms?

Como concluye David Scott, «hay que llevar a cabo más investigaciones para comprender las interacciones que tienen lugar entre las bacterias de los biofilms y cómo se relacionan con las enfermedades. Muchos estudios se han centrado en los biofilms utilizando una única especie, pero cada son más relevantes los modelos con múltiples especies. También se están llevando a cabo estudios con los nuevos tratamientos para las enfermedades inducidas por los biofilms, pero aún queda un largo camino por recorrer».

En definitiva, lo primero que hay que hacer para prevenir estos biofilms y, por tanto, las enfermedades que conllevan es tan simple como aparente: hay que dejar de fumar.

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¡Atención fumadores! ¿Cómo perjudica fumar a la dentición?

Estás escuchando a diario que fumar perjudica a tu salud. Sabes que fumar produce problemas respiratorios y pulmonares. ¿Y tu boca? ¿Sufre tu boca al fumar? Sí, sufre, y mucho. Al encender un cigarrillo le haces un flaco favor a tu dentadura y a tus encías. Los efectos que produce el tabaco van desde pequeños cambios estéticos en los dientes hasta algunos tipos de cáncer que afectan a la cavidad oral. Como autor de esta página no puedo más que animaros a abandonar el hábito de fumar, pero sé que no todo el mundo será capaz de hacerlo. Si no lo hacéis me gustaría incentivaros a tener una higiene bucodental excelente para intentar que los efectos del tabaco sean los menores posibles. De todas maneras después de leer esto no sé si seguiréis queriendo fumar. Os enumero aquí algunos problemas que surgen en la boca como consecuencia de fumar, desde el problema más grave hasta el menor.

El cáncer oral en fumadores

Es, sin duda, el problema más serio relacionado con el tabaco. Una higiene oral deficiente es un factor de riesgo para desarrollar cáncer oral y los pacientes que no se cepillan nunca tienen un mayor riesgo de desarrollar, además, cáncer de esófago.
Entre el 75% y el 90% de todos los casos de cáncer oral están ligados a los efectos combinados del consumo de tabaco y alcohol. Los fumadores que no consumen alcohol tienen un riesgo entre 2 y 4 veces mayor de desarrollar cáncer oral que las personas que no beben ni fuman, mientras que fumar y beber multiplica por 38 la posibilidad de desarrollar un cáncer. Pero aún hay más: las lesiones malignizables (aquellas consideradas como lesiones precancerosas) se producen con una frecuencia seis veces mayor en fumadores que en no fumadores.

 

¿Cómo afecta el tabaco a tus encías?

Los fumadores presentan más periodontitis, y más graves. Estas periodontitis se caracterizan por unas bolsas periodontales más profundas y una pérdida de inserción del diente más grave. Los fumadores tienen normalmente una encía con un tono más pálido del habitual y los fumadores de larga duración presentan dientes con pérdida de soporte óseo, “descarnados” y con una estética que envejece la sonrisa, ya que desaparecen las papilas de la encía entre los dientes y aparecen espacios oscuros donde deberían de estar las papilas, de muy difícil solución estética por parte del dentista.

Así, los fumadores presentan un riesgo entre 2,5 y 6 veces mayor de sufrir enfermedad periodontal que los no fumadores. El hábito de fumar también ha demostrado tener un efecto adverso sobre la cicatrización de las heridas tras las intervenciones quirúrgicas.

Además, el tabaco enmascara la inflamación de las encías y hace que sangren menos pese a estar inflamadas. Muchos pacientes notan un aumento en el sangrado durante el cepillado tras disminuir el consumo de tabaco.

 

¿Tienen más caries los fumadores?

Entre los fumadores se observa una mayor cantidad de caries en las raíces de los dientes, ya que el hábito tabáquico provoca la pérdida de su soporte y expone la raíz, área del diente con un riesgo de caries elevado. A su vez, presentan una disminución de la secreción salivar, lo que conlleva una menor capacidad neutralizadora de la placa.

Los fumadores presentan un mayor número de bacterias agresivas para las encías y peor control de placa que los no fumadores. Los niveles de bacterias patógenas en la placa dental son mayores en las zonas de cepillado más complejas y de difícil acceso, lo que requiere el uso de un cepillo de dientes eficaz que permita eliminar estos depósitos de placa.

 

¿Qué son el paladar y la melanosis del fumador?

Las personas que fuman muchos cigarrillos desarrollan de forma frecuente un paladar duro, pálido o blanco, a menudo combinado con múltiples puntos rojos. Esto se debe a la isquemia circulatoria (constricción de los vasos sanguíneos con un menor flujo de sangre) y puede desaparecer tras dejar de fumar.

Además, el gran consumo de tabaco a veces también está asociado a pigmentaciones con melanina (pigmentaciones oscuras), especialmente en las mejillas y en la encía adherida. Éste es un cambio asintomático y reversible, aunque normalmente se tarda más de un año en recuperar el color normal después de abandonar el hábito.

 

¿Afecta a los implantes dentales?

La tasa de fracaso de los implantes dentales es mayor en los fumadores. El hábito tabáquico está relacionado con una mayor pérdida del soporte óseo de los implantes, especialmente en el maxilar superior, influyendo en la pérdida total de un implante dental. Además, existe un mayor riesgo de fracaso en la integración del implante tras ser colocado.

 

El mal aliento de los fumadores (halitosis)

Aquellas personas que no son fumadoras, saben muy bien lo molesto que puede resultar el aliento de los fumadores. Los fumadores habituales pueden acostumbrarse tanto a este olor (y hasta al sabor), que no les incomoda su propio aliento, ni el de otros fumadores.

El olor propio del tabaco, sumado a las sustancias que se adicionan a los cigarrillos (nicotina y alquitrán, entre otros), se adhiere a la mucosa de la boca, de la lengua y de los dientes. Por esto puede generar un olor característico en el aliento y/o agravar la halitosis originada por otras causas.

Otros efectos del consumo de tabaco que potencian la aparición del mal aliento, están relacionadas con la irritación de las mucosas de la boca y de las vías respiratorias y digestivas superiores, que en general presentan sequedad en la cavidad bucal, impidiendo el efecto de la saliva en la oxigenación e higiene de la boca. Así mismo, el humo del tabaco puede agravar las enfermedades periodontales y otras patologías de la boca y la garganta.

El olor que deja impregnado el cigarrillo es tan fuerte, que incluso puede permanecer por más de un día luego de fumar. Esto obliga a muchos fumadores a consumir productos que enmascaran la situación. Una solución definitiva a esta realidad es reducir sustancialmente el hábito de fumar o dejarlo definitivamente.

 

¿Y la estética?

El esmalte dental, además de cambiar de color, se debilita y se hace más frágil, se cristaliza. Todas los problemas del tabaco en la cavidad oral que he ido citando deberían ser razones para animar a los fumadores a apagar definitivamente el cigarrillo. Si eres fumador intenta dejar de fumar, tu salud oral te lo agradecerá.

Te puede interesar este artículo relacionado con la halitosis.

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