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Los implantes dentales

LA IMPLANTOLOGÍA, SE BASA EN UN BUEN DIAGNÓSTICO Y UNA CORRECTA PLANIFICACIÓN.

“La historia clínica es fundamental, no solo por lo evidente sino porque se pueden producir errores lamentables al considerar lo accesorio como fundamental,   de ahí que una buena historia puede llegar a brindamos el 50% de los elementos que el diagnóstico puede precisar” (Bagan et al. Medicina Oral)

La eficacia y el éxito del tratamiento implantológico residen en la capacidad del profesional para establecer el diagnóstico correcto.

EXPLORACIÓN CLINICA

Después de la entrevista con el paciente y primera toma de contacto, en la que ya podríamos descartar al paciente para implantes en caso de contraindicación médica absoluta, pasamos al gabinete dental para la exploración oral externa y la exploración  intrabucal.

 

VALORACIÓN DENTAL Y PERIODONTAL

Durante nuestra exploración clínica intrabucal, pasaremos a evaluar el estado periodontal de las piezas remanentes. Es evidente que la patología periodontal existente condicionará nuestro plan de tratamiento. Hay que hacer un diagnóstico exhaustivo de los dientes con posibilidad de tratamiento periodontal viable, de no ser así hay que considerar su exodoncia. Una vez más hemos de ayudamos de la colaboración, en este caso el periodoncista, para que nos dé un pronóstico de los dientes remanentes.

VALORACIÓN DE PARTES BLANDAS

En esta parte de la exploración clínica es donde cobra toda su importancia la palpación. Deberemos hacer una inspección visual en primer lugar del estado de todas las mucosas que tapizan la cavidad oral así como de las encías. Se recomienda mantener una secuencia  fija durante la inspección para no pasar por alto ninguna zona:

  • Labios
  • Mucosa labial
  • Paladar duro y blando
  • Dorso de la lengua
  • Base de la lengua
  • Orofaringe
  • Porción inferolateral de la lengua
  • Suelo de la boca anterior y lateral

 

VALORACIÓN DE LOS TEJIDOS DUROS

A continuación haremos una  inspección estática y  dinámica de los tejidos duros  maxilares y mandibulares. Palparemos los rebordes alveolares, la  línea milohioidea, tubérculos y trígonos retromolares, las salidas de los nervios dentarios inferiores  por  los  agujeros  mentonianos, los infraorbitarios, la  presencia de exóstosis mandibulares y  maxilares  (que  nos  pueden  hacer  sospechar de  bruxismo  antiguo  en  pacientes totalmente desdentados) o tumoraciones o abultamientos que nos harán extremar las medidas exploratorias o remitir al cirujano maxilofacial. Ni que decir tiene que la exploración clínica de los tejidos duros debe siempre completarse con la exploración radiológica.

Terminaremos la valoración de los tejidos  duros con la exploración somera de la ATM, en reposo y movimiento, colocando los dedos de ambas manos a nivel del polo lateral externo del condilo, sintiendo su desplazamiento en la apertura y presencia o no de ruidos articulares y las limitaciones del movimiento. Ante la presencia de signos o síntomas de disfunción temporomandibular necesitaremos otra vez más de la colaboración entre  especialistas y remitiremos a nuestro paciente para una exploración exhaustiva y un diagnóstico correcto de su disfunción. Hay que recordar que la fuerza masticatoria disminuye con la edad. Con prótesis totales asciende a un tercio en comparación con personas dentadas. Por ello hasta ahora se había considerado imposible la sobrecarga mecánica de la ATM. Esta fuerza asciende a límites casi normales en el paciente portador de implantes.

 

VALORACIÓN ESTÉTICA

El resultado estético final puede ser un elemento determinante para evaluar el éxito de la  prótesis sobre  implantes. El control  de este  resultado estético comienza  antes  de  la  situación quirúrgica del implante en el estudio preprotésico.

VALORACIÓN  DE LAS EXPECTATIVAS DEL PACIENTE

El paciente ha de exponer sus deseos, inquietudes y temores para que el odontólogo  tenga claridad que espera de los implantes y el paciente debe recibir una explicación sobre su enfermedad, las posibles alternativas de tratamiento, las posibles medidas de implantología, las posibles complicaciones y los costes correspondientes.

 

Llegados a este punto; “DIAGNÓSTICO PREVIO ORIENTATIVO” a través de la historia clínica, la exploración y exámenes radiológicos, debemos tener los suficientes datos para saber si nuestro paciente es o no candidato para realizar un tratamiento implantológico, con su correspondiente planificación. Nuestras explicaciones han  de  mostrar  seguridad.  Una  exposición por  parte  del  profesional insegura o dubitativa  conduce inmediatamente a una pérdida de confianza que se traducirá en un rechazo al tratamiento planteado.

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¿Existe el rechazo a los implantes dentales?

El rechazo de los implantes desde el punto de vista estrictamente médico NO existe, entendiéndose este hecho como la reacción inmunológica que provoca este elemento extraño al introducirse en el organismo y que provocaría la “expulsión” de ese implante.

Otra cosa es que en casos muy puntuales, en un porcentaje de alrededor del 4-5% de los implantes, simplemente no se integren (no “prendan”) en el hueso sin mediar ningún fenómeno objetivable ni, por tanto, predecible. Es decir, una vez esperado el periodo que todo implante necesita para integrarse (entre dos y cuatro meses dependiendo de múltiples factores), en el momento de colocar la prótesis se observa que ese implante tiene movilidad y, por tanto, no es capaz de soportar la carga de la prótesis para la que estaba prevista su colocación. Entonces, no conocemos la causa por la que ese pequeño porcentaje de implantes se pierde. Sin embargo, y este es un dato constatado a lo largo de muchos años de práctica clínica, podemos afirmar sin riesgo a equivocarnos, que una nueva colocación de implante en el mismo lugar tendrá casi todas las posibilidades de un éxito completo, siempre que se coloque a la persona adecuada, por parte del profesional adecuado y en las condiciones adecuadas.

Otra causa de pérdida de implantes incluye las infecciones del mismo o del hueso donde están alojados. Si el implante sustituye a un diente (o a un conjunto de ellos), cabe deducir que está sometido a las mismas enfermedades que pueden acaecer sobre las piezas dentarias que deberían estar en ese lugar. Si en el caso de los dientes naturales el proceso se denomina periodontitis, en el asunto que nos ocupa, se llama periimplantitis, siendo procesos similares y llegando en ambos casos sin los cuidados o tratamientos adecuados, a la destrucción del hueso subyacente y a la pérdida del diente o del implante.

Por ultimo es reseñable la sobrecarga excesiva que algunos hábitos parafuncionales como el bruxismo ejercen sobre los implantes. Se ha constatado que implantes perfectamente integrados y funcionantes han terminado perdiéndose por la excesiva presión que se provoca en estos casos. Por tanto es preciso evaluar la intensidad de bruxismo que presenta si el paciente que va a ser rehabilitado con implantes osteointegrados. En su caso habrá que tratar ese desorden, incluso con algún tipo de terapia psicológica y, ocasionalmente será preciso valorar el uso de mecanismos de contención por medio de férulas de descarga.

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Implantes en pacientes con falta de hueso: soluciones

Elevación de seno

El seno maxilar es una cavidad que se encuentra dentro del maxilar superior que entre otras, tiene la función de humidificar y calentar el aire que respiramos. Está tapizada por una membrana mucosa secretora de moco. En muchas ocasiones, la parte posterior del maxilar superior presenta una falta de altura ósea suficiente para permitir la inserción de implantes osteointegrados que faculten la rehabilitación con prótesis fija en pacientes que han perdido sus piezas dentarias. Esta falta hueso necesaria se puede deber a la pérdida del mismo asociada a la falta de dientes, a la excesiva neumatización del seno maxilar (cavidades sinusales muy amplias) o a ambas causas.

La técnica de la elevación de seno, realmente consiste en el levantamiento de la membrana que lo tapiza, rellenándolo, la mayoría de las veces con injertos de hueso sintético o «artificial». Si se cumplen los criterios normalmente aceptados para ejecutar este procedimiento, es predecible y segura, permitiendo que se forme hueso «natural» nuevo que posibilite la inserción de implantes osteointegrados. En muchos caso la colocación de implantes se lleva a cabo el el mismo momento de la elvación del seno y en otras ocasiones, se debe realizar a posteriori.

 

Distracción ósea

Con los dispositivos de distracción ósea o distracción osteogénica podemos hacer «crecer» el hueso hasta el lugar que hayamos planificado previamente. Consisten en una especie de fijadores externos a modo de las técnicas que se realizaban hace más de cuatro décadas en los huesos largos de las piernas.

Se lleva a cabo una osteotomía (corte) en el hueso que queramos avanzar y cada uno de los fragmentos se sujeta con unas miniplacas de titanio, avanzando lentamente el segmento móvil por medio de un tornillo que moviliza el propio paciente a un ritmo de 1mm. diario aproximadamente, hasta el punto deseado. Se mantiene la estabilización durante 7-10 semanas para permitir la consolidación del hueso neoformado entre los dos fragmentos separados.

La ventaja fundamental de este procedimiento es que al mismo tiempo que hacemos crecer el hueso en una dirección prefijada, los tejidos blandos (encía) lo acompañan en su crecimiento, consiguiendo un resultado global muy satisfactorio.

De todas formas, lo engorroso de la técnica quirúrgica y la necesidad de una colaboración muy exquisita por parte del paciente, hacen que reservemos la distracción para casos muy específicos y no sea la primera que tenemos en cuenta a la hora de planificar un tratamiento de reposición dentaria.

 

Implantes cigomáticos y pterigoideos

Los implantes zigomáticos (o cigomáticos) y pterigoideos son dos tipos de implantes largos que se utilizan cuando el paciente presenta una cantidad o calidad de hueso insuficiente para anclar implantes de dimensiones regulares. En estos casos se recurre a huesos de mayor dureza, como los que están en la zona de los pómulos, para anclar los implantes, ya que éstos mantienen siempre su dureza y densidad.

 

La principal característica de estos implantes es que se colocan en dos huesos que no se reabsorben nunca, el zigomático, en el caso de los implantes zigomáticos y el pterigoideo, en el caso de los implantes pterigoideos. Por lo que pueden ser utilizados incluso en las atrofias más severas del hueso maxilar. Además, los implantes zigomáticos y petrigoideos son especiales también por su longitud, mucho más larga que la de los implantes convencionales. Así, los zigomáticos presentan una longitud de 30 a 55 mm y los pterigoideos de 15 a 20 mm, una longitud pensada para asegurar un correcto anclaje en el hueso.

El tratamiento con implantes zigomáticos o pterigoideos presenta tres grandes ventajas:

  • Es una buena alternativa a la colocación de injertos óseos en las grandes reabsorciones maxilares.
  • Acorta el tiempo de tratamiento de forma segura, rápida y cómoda para el paciente.
  • Permite asegurar una mejora estética a cualquier paciente, independientemente de la calidad de hueso que tenga para colocar los implantes dentales. Sin embargo, en según que casos, hay que tener en cuenta, también que la colocación de este tipo de implantes, zigomáticos (cigomáticos) o pterigoideos, va acompañada, a veces, del uso de implantes normales, dependiendo de la cantidad y calidad de hueso que disponga el paciente.

¿QUIÉNES SON CANDIDATOS A IMPLANTES ZIGOMÁTICOS Y PTERIGOIDEOS?

Todos aquellos pacientes que presenten reabsorción de hueso en la región de la mandíbula o el maxilar tras la pérdida de dientes, ya sea por factores generales como el sexo o la edad, o locales como los traumatismos o las enfermedades de metabolismo óseo. Estos cambios en la estructura ósea deben tenerse en cuenta en el diagnóstico y planificación del tratamiento con implantes dentales.

CDC ofrece una larga experiencia en el ámbito de la Implantología, especializados en la colocación de implantes especiales como los zigomáticos o pterigoideos. Gracias a ello actualmente es posible devolver a todos los pacientes la calidad de vida que se merecen.

 

Injertos óseos

Por suerte, las nuevas técnicas de regeneración ósea y la obtención de injertos del propio paciente, permiten hoy en día colocar implantes en zonas en las que no hace mucho tiempo este hecho sería impensable.

La diferentes técnicas quirúrgicas incluyen: el relleno óseo como por ejemplo en los casos de elevación del seno maxilar; los injertos de interposición (inlay) insertando material en el hueso alveolar para retomar los límites previos a la afectación ósea y; los de aposición (onlay) en los que colocamos directamente el hueso, habitualmente en bloques, sobre la zona a regenerar.

Los injertos más ampliamente utilizados en la actualidad y de manera prácticamente rutinaria, engloban: los obtenidos de la calota (parte externa del cráneo), cresta iliaca o cadera, mentón mandibular y diversas áreas de ambos huesos maxilares (rama ascendente de la mandíbula, tuberosidad maxilar…etc). El mayor inconveniente radica en que tenemos que abordar una zona donante y ello provocará una cierto disconfort aunque éste, la mayoría de las veces será muy poco relevante, sobre todo si la comparamos con los beneficios obtenidos.

Por otro lado, existe en el mercado una amplia cantidad de injertos denominados «artificiales», fundamentalmente de origen animal y sintético que se utilizan, en casos específicos, solos o combinados con otros métodos para la regeneración tisular guiada como las membranas o el plasma sanguíneo rico en plaquetas. Estos últimos no presentan la predictibilidad de los anteriores y su ventaja radica fundamentalmente en que no necesitamos obtenerlos del mismo paciente, recortando tiempos quirúrgicos y provocando una menor morbilidad, con menor tasa de complicaciones.

Cada tipo de injerto tiene su indicación, pero si nos tenemos que decantar por un tipo de ellos, las mayores tasas de éxito se consiguen con los obtenidos del propio paciente.

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Prótesis fija de GRAFENO. El novedoso material del futuro

La empresa Eckermann Laboratorium, anunció recientemente que comenzará a producir prótesis dentales hechas de grafeno, un revolucionario material que es además de ser muy duro es extremadamente ligero.

El grafeno es un material que es más resistente que el diamante, a partir del cual Eckermann tienen planeado diseñar prótesis implanto-soportadas. Las propiedades del grafeno lo convierten en un material ideal para la rehabilitación oral mediante restauraciones implanto-soportadas.

Posee una serie de grandes propiedades…

  1. Su resistencia mecánica es superior al acero.
  2. Es extremadamente ligero (una lámina de 1 metro cuadrado pesa solo 0,77 miligramos.)
  3. Tiene una gran flexibilidad.
  4. Se espera que el grafeno permita crear estructuras dentales de alta ductilidad, que pueden deformarse sin llegar a la ruptura y ofrezcan a la vez una mejora estética importante.
  5. Absorbe y reparte las cargas masticatorias.
  6. Evita el fenómeno del bimetalismo.
  7. Es biocompatible.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En los ensayos realizados para la construcción de prótesis dentales, el grafeno ha demostrado excelentes propiedades y asegura ser una gran solución a corto y largo plazo en el sector de la odontología y la medicina.

Capdepón manifestó que el Centro de Investigación, Desarrollo e Innovación de Eckermann en Alicante (España), es el eje principal de la compañía, institución que colabora con destacadas universidades para perfeccionar técnicas de osteointegración y su aplicación en la implantología oral.

La empresa fabrica implantes de conexión interna como el Triplo, que es muy versátil y ofrece seguridad, estabilidad y simplicidad de colocación. Eckermann cuenta con dos versiones: Triplo® y Triplo perio®, que, mediante diferentes técnicas quirúrgicas y protésicas, solucionan con éxito la mayoría de los casos clínicos.

Por su parte, el implante de conexión externa All Spiral se caracteriza por alcanzar altos niveles de fijación primaria y la ausencia total de micromovimientos y de filtraciones bacterianas gracias a su conexión cónica, llamada ConeLock®.

Y Hexagon, según la empresa, ofrece el diseño intraóseo más avanzado de los implantes Eckermann, con una conexión externa hexagonal, que es compatible con las prótesis más utilizadas en implantología.

La empresa ha desarrollado también una amplia gama de biomateriales para elevación y relleno de seno, expansión de cresta o regeneración ósea, mediante productos como CERASORB M, EPIGUIDE o GlassBONE.

Además, Eckermann tiene sistemas de CAD/CAM como EckerCad®, una solución del reconocido instituto alemán IGD Fraunhofer, creador del popular software de CAD para prótesis, en una versión mejorada y optimizada. Se trata de un sistema abierto que permite a los laboratorios elegir el escáner 3D y el centro de fresado o el sistema de prototipado rápido que mejor se adapte a sus necesidades.

En cuanto a cursos de formación, el Director de Máketing reveló que este año la empresa realizará seminarios en cruceros y el Congreso Nacional Eckermann, que tendrá lugar los días 16 y 17 de septiembre en Madrid.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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Implantes: cuidado e higiene

El implante dental es una pieza que se coloca en el hueso de los maxilares con el propósito de sustituir artificialmente la raíz de un diente. La pérdida de una pieza dental puede deberse a múltiples factores, entre ellos las caries, la enfermedad periodontal, complicaciones endodónticas, traumatismos, predisposición genética para sufrir agenesia (ausencia de piezas dentales).
Para que un implante pueda adherirse bien al hueso, el implante debe estar fabricado con materiales especiales que no produzcan rechazo de nuestro propio cuerpo; por lo tanto, si no existe ninguna complicación y se lleva a cabo una adecuada higiene oral, perdurarán durante toda la vida. Al cabo de un tiempo de su colocación, se produce una osteointegración y el tornillo se integra naturalmente en el hueso, por lo que su extracción resulta imposible.
Aun así, hay determinados factores externos al implante que derivan en la posibilidad de perder la pieza. Estos casos son, por ejemplo, enfermedades o infecciones específicas y no demasiado comunes, que debilitan la fuerza que necesita el hueso para que la pieza permanezca en él.
Poner un implante es una intervención que, normalmente, no requiere de un ingreso en una clínica, sino que se puede realizar en la misma consulta dental.

Problemáticas asociadas

  • La mucosa que se forma alrededor de los implantes (tejidos periimplantarios) comparte similitudes con la encía de alrededor de los dientes: tienen una función de protección frente a agresiones del ambiente externo, como, por ejemplo, las de los microorganismos. Aun así, la mucosa periimplantaria es más sensible al acúmulo de biofilm oral (placa bacteriana) y puede provocar una respuesta inflamatoria. Por tanto, los tejidos periimplantarios son menos tolerantes a la agresión del biofilm oral en comparación con los tejidos periodontales.
  • La presencia de microorganismos sobre la superficie de los implantes dentales puede dar lugar al desarrollo de enfermedades periimplantarias, como la mucositis periimplantaria y la periimplantitis.
    • La mucositis periimplantaria es una lesión inflamatoria que se produce en la mucosa que rodea un implante. Las características más comunes son el edema, el enrojecimiento e hiperplasia de la mucosa y el sangrado sin la pérdida del hueso que rodea el implante.
    • La continua presencia del biofilm oral patogénico sobre los implantes induce esta reacción inflamatoria, que si no se trata correctamente, puede evolucionar hacia una periimplantitis. Ésta también es una lesión inflamatoria de la mucosa que rodea un implante a la que además se asocia la pérdida del hueso de soporte. Las lesiones provocadas por periimplantitis están poco encapsuladas y se extienden hacia el tejido óseo marginal. Si avanzan, pueden llegar a causar la pérdida del implante. La aparición de inflamaciones, sangrado, movilidad del implante, supuración, son signos asociados a la periimplantitis.

Limpieza en portadores de implantes

  • El éxito de un implante y la prevención de una patología periimplantaria está directamente relacionado con la ausencia de complicaciones en la fase operatoria y de mantenimiento pero, sobre todo, con la higiene bucal diaria llevada a cabo por el paciente, ya que los implantes son más sensibles al acúmulo de biofilm oral. Por eso, es importante procurar que los tejidos periimplantarios estén sanos. 
  • Las complicaciones protésicas más peligrosas son el aflojamiento del tornillo, la rotura del implante a nivel de la última rosca del tornillo interior, la fractura de la porcelana y la disolución del cemento.
    • En aquellos casos en los que no se produzcan complicaciones terapéuticas, la revisión periódica del estado del implante por parte del especialista será un requisito necesario para asegurar la buena adaptación de la pieza en la cavidad bucal del paciente.
    • Durante el primer año, es aconsejable realizar una visita al odontólogo cada tres o cuatro meses, aunque esta frecuencia variará dependiendo de la situación de cada caso. En estas revisiones será habitual que el odontólogo, después de valorar la condición de los implantes, realice una higiene especializada con copas de goma o un spray de bicarbonato para dejar la superficie de los implantes lo más lisa posible.
    • A partir del segundo año, es aconsejable seguir realizando visitas periódicas.
  • En cuanto a los cuidados específicos que debe llevar a cabo el paciente, el objetivo es realizar una higiene bucal aún más exigente y rigurosa que alguien que no se haya sometido a este tipo de operación.
    • Es importante utilizar cepillos específicos de última generación. Éstos ayudan a prevenir la mucositis periimplantaria y la periimplantitis, porque están diseñados especialmente para desorganizar mecánicamente el biofilm oral de alrededor de los implantes con una máxima precisión y permiten penetrar en el cuello del implante-corona.
    • Conviene complementar el cepillado dental con irrigadores bucales y colutorios, que ayudan a arrastrar los restos alimenticios acumulados debajo de los implantes.
    • También es necesario utilizar, sedas, cintas o cepillos interproximales para eliminar el biofilm oral de los espacios interproximales.
    • Además, para una mayor seguridad, se ha de intentar realizar una limpieza profesional 2 veces al año.
  • Por último, la prevención y el tratamiento de las patologías periimplantarias se deben centrar en la aplicación de medidas antiinfecciosas con tratamientos combinados que incluyan tanto el tratamiento mecánico como el químico.
    • El tratamiento mecánico desestructura el biofilm oral; sin embargo, presenta ciertas limitaciones, sobre todo en pacientes no cumplidores. Por ello, el uso de antisépticos, como la Clorhexidina o el Cloruro de Cetilpiridinio, es imprescindible como coadyuvante químico al tratamiento mecánico en el control del biofilm oral.
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