Hay diversos tipos de cáncer maxilofacial que difieren mucho en su presentación y en su manejo: glándulas salivares, melanomas, sarcomas, etc.
El cáncer más frecuente de la cavidad oral es el carcinoma epidermoide.
El diagnóstico se basa en la exploración y la realización de una resonancia magnética, TAC, PET, ecografía con toma de biopsoa y el estudio del ganglio centinela, si es preciso. El correcto diagnóstico ayuda a una mejor planificación del tratamiento.
El tratamiento fundamental es la cirugía tanto de la lesión como de los ganglios linfáticos del cuello, incluso en los casos de diagnóstico precoz.
¿Qué tratamientos realizamos?
Si se establece el tratamiento adecuado, que debe ser multidisciplinar, el porcentaje de curación es muy elevado.
Es necesario combinar cirugía, radioterapia y quimioterapia. Además es especialmente importante, en este caso, contar con un buen soporte de las Unidades de Nutrición y del Dolor.
Comenzar de manera temprana el tratamiento de radioterapia tras la cirugía, contar con equipos de última tecnología y usar braquiterapia permiten obtener mejores resultados y minimizar los riesgos.
El tratamiento de la patología dentaria antes de empezar la radioterapia es muy importante para prevenir complicaciones (radionecrosis).
Para el cirujano es fundamental conocer intraoperatoriamente el estado de los márgenes tumorales y la presencia o no de ganglios afectos.
Reconstrucción maxilofacial tras la cirugía
La reconstrucción es fundamental para permitir al paciente recuperar su calidad de vida.
Se utilizan diversas técnicas, unas más complejas que otras, como la microcirugía con injertos de diversas partes del cuerpo, transporte óseo, implantes dentales, etc.