La periodontitis podría ser un signo precoz de una diabetes no diagnosticada

Un estudio holandés detecta la presencia de diabetes tipo 2 no diagnosticada en hasta un 18% de los pacientes con periodontitis grave.

En los últimos años se han desarrollado numerosos estudios en los que se ha constatado la relación existente entre la diabetes tipo 2 y la periodontitis, esto es, la consabida ‘enfermedad de las encías’ –comúnmente conocida como ‘piorrea’–. De hecho, la periodontitis puede iniciar o acelerar el desarrollo de resistencia a la insulina y, por ende, colaborar en el desarrollo de la diabetes. Y por su parte, los pacientes con esta enfermedad metabólica presentan un riesgo mucho mayor de padecer periodontitis. Entonces, ¿es posible que tener esta enfermedad de las encías pueda ayudar a diagnosticar la diabetes tipo 2? Pues sí. De hecho, un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Ámsterdam (Países Bajos) confirma que, efectivamente, la periodontitis grave puede ser un signo precoz de la diabetes tipo 2, por lo que su detección en la consulta por el dentista debe hacerle sospechar de la probable presencia de una diabetes no diagnosticada.

Como explica Wijnand J. Teeuw, director de esta investigación publicada en la revista «BMJ Open Diabetes Research & Care», «el cribado de los pacientes que acuden a la consulta del dentista para el tratamiento de una periodontitis grave es una medida factible y valiosa para tratar de evitar las complicaciones a largo plazo de la diabetes».

Detectar la enfermedad

En el estudio, los autores contaron con la participación de 313 adultos atendidos en la clínica dental de la Universidad, de los que 109 no padecían periodontitis, 126 tenían una periodontitis de carácter leve-moderado, y 78 sufrían una periodontitis grave –con afectación de la masa ósea que sustenta las piezas dentales.

La cifra de participantes con diabetes tipo 2 ya diagnosticada antes de su paso por la consulta fue de menos de un 3% en caso de no tener la enfermedad de las encías, del 4% para los participantes con periodontitis leve-moderada, y de casi un 8% para aquellos con la enfermedad grave.

 

El cribado de los pacientes con periodontitis grave es una medida factible y valiosa para evitar las complicaciones de la diabetes.

-Wijnand Teeuw

 

Los autores midieron los niveles de hemoglobina glicosilada –HbA1C, parámetro que muestra el nivel de azúcar en sangre– de los participantes a lo largo de 2-3 meses, observando un nivel promedio superior en el grupo de pacientes con periodontitis grave (45 mmol/l) que en los de participantes con periodontitis leve-moderada (43 mmol/l) y sin enfermedad de las encías (cercano a 39 mmol/l). En este contexto, debe tenerse en cuenta que una HbA1C con un valor de 39-47 mmol/l revela la presencia de pre-diabetes –y que todo valor igual o superior a 48 mmol/l es indicativo de diabetes.

Pero, ¿qué pasó cuando los autores buscaron los casos aún no diagnosticados de diabetes tipo 2? Pues que si bien hubo caso en los tres grupos, el porcentaje fue significativamente mayor en el de los pacientes con periodontitis grave. Concretamente, y mientras que las tasas de participantes con la enfermedad metabólica no diagnosticada fueron de un 8,5% en el grupo sin enfermedad de las encías y del 10% en el de periodontitis leve-moderada, en el grupo de periodontitis grave se elevó hasta un 18%. O lo que es lo mismo, casi uno de cada cinco pacientes con ‘piorrea’ grave era diabético pero no lo sabía.

Como indican los autores, «nuestro trabajo es un estudio observacional, por lo que no se pueden extraer conclusiones firmes del tipo ‘causa y efecto’. Pero nuestros resultados confirman la asunción de que la periodontitis grave podría ser un signo temprano de una diabetes no diagnosticada».

Evitar la pérdida de dientes

Pero, esta mayor prevalencia de prediabetes y de diabetes en los participantes con periodontitis grave, ¿no podría explicarse por la presencia de otros factores de riesgo? Pues no. Y es que si bien es cierto que el promedio del índice de masa corporal (IMC) fue mayor en los pacientes con la forma grave de la enfermedad, el resto de factores de riesgo –entre otros, unas cifras de colesterol total y una presión sanguínea elevadas– fueron similares para los tres grupos.

En definitiva, el estudio confirma, una vez más, la estrecha asociación entre la periodontitis y la diabetes. Y asimismo, refuerza las evidencias que sugieren que la consulta del dentista podría ser un lugar ideal para el diagnóstico precoz de la diabetes.

Como concluye Wijnand Teeuw, «la detección e intervención temprana de la prediabetes previene las complicaciones micro y macrovasculares comunes en la enfermedad y es coste-efectiva. Además, el diagnóstico y tratamiento de la diabetes también podría ayudar a prevenir el riesgo de pérdida de piezas dentales asociado a largo plazo con la periodontitis grave no tratada».

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